domingo, 14 de febrero de 2010

Y qué pasa si soy del montón...


¿Nunca habéis tenido la sensación de que por momentos os volvéis completamente locos? No se, algún pensamiento extraño, alguna idea alocada, algún sentimiento inexplicable... El otro día me pasó algo así. No se como describirlo, me gustaría que, si leéis esto, me explicaseis que pensáis sobre lo que os voy a contar ahora. Muchas veces te cruzas por la calle a gente que te llama la atención, que hace que te gires o te quedes pensando en como se llamará, cuantos años tendrá, a que se dedicará... No sé. Pues bien, el otro día... Veréis, yo estoy estudiando enfermería y el otro día estaba en la cafetería del hospital. Me estaba mirando unos apuntes mientras desayunaba tranquilamente, aunque no le prestaba demasiada atención a los apuntes... Me encanta observar a la gente y, evidentemente, éso hacía a medida que iban entrando, saliendo, sentándose, levantándose, comiendo, bebiendo, conversando... Y en estas, entró una familia que supongo, debían haber ido de visita al doctor, o a hacerse a alguna prueba, y se sentaron en una mesa de enfrente. También supuse que eran abuela, madre e hijo. La madre iba por delante dispuesta a coger una mesa en la cuál sentarse, y el chico iba por detrás, llevando a su abuela que iba en silla de ruedas, y le hablaba y la hacía reír. Fue una escena tan tierna... Me quedé embobada observandoles, sin darme cuenta de que el chico, después de colocar a su abuela en la mesa, se acercaba a mí. En cuanto reaccioné, el chico estaba delante de mi y me dedicó una sonrisa que me partió el corazón en trocitos (seguramente si hubiera estado de pié, mis piernas habrían temblado...). Me preguntó si podía coger la silla que había delante de mí, y le dije que claro, toda suya, y le devolví la sonrisa sin poder evitarlo. Pues bien, lo que os diré ahora quizá os haga dudar sobre mi cordura. Pero si el susodicho en ese mismo momento me hubiese pedido matrimonio, o me hubiese cuestionado si le querría para siempre, o si me hubiese propuesto escaparnos juntos a un lugar lejano, le habría dicho que sí con muchísimas más ganas que las de dejarle la silla. No sé porque me da esa sensación, pero estoy tan segura de ello como que me llamo Noèlia. N sé si alguien me lo sabrá explicar. Quizá sea porque empiezo a echar de menos un poco de cariño, alguien que se fije en mí, aunque tristemente sea solo para pedirme una silla, pero educada y gentilmente. Alguien que me dedique una sonrisa, una simple sonrisa. Alguien al que llamar en mis horas perdidas... Alguien con quien desayunar sin tener la necesidad de observar a los demás, que haga que no me enamore del primero que pasa y me sonríe... No consigo encontrar ese alguien, y seguramente será porque no soy nada más que una de las del montón... Pero yo creo que incluso para una chica del montón, no es mucho pedir alguien que me saque una sonrisa de vez en cuando...

1 comentario:

  1. Aver, chica del montón...Por esta reacción no tienes porque estar loca, por esta no, ya no digo por otras... xDDDDDDD
    A veces pasa, que te cruzas con un desconocido y te quedas encantada, embobada...A mí me pasó el año pasado, una tarde, delante del Casino. Fíjate, te digo el lugar y todo para que te hagas una idea. Estuve una semana escuchando la cancion "Más" de la oreja, fíjate tu, escuchando una cancion de la nueva oreja porque me recordava a ese tio. Aun cuando la escucho me acuerdo de él, y eske tenia algo ke me hizo retorcer el estómago. No le di mucha importancia, me lo quedé para mi y ya esta. No estas loca y sí, puede ser que necesites cariño. (LLLLL)

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