jueves, 25 de noviembre de 2010

Tinc una mania inconfessable...


Despertarme bajo el edredón, abrazada a la almohada y no poder reprimir ése pedazo de sonrisa que se me pone en la cara cuando le pienso. Y ojalá le tuviese al lado... No puedo evitar inchar el pecho cogiendo mucho aire para soltar el mayor de los suspiros, y a cada suspiro que echo, que sea más grande que el anterior... Como si fuese a explotar de alegría. ¿Qué me ha hecho? Hace mucho que no escribo por aquí. Y, seguramente, lo haga bastante menos a menudo. Lo único de lo que tengo ganas de escribir, es de él. Y me pasaría horas y días haciéndolo. Pero prefiero reservárselo a él. Así que perdonad mi ausencia... Ando demasiado ocupada amándole más que a nada y no hay cosa que me apetezca más.

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