Otro lunes

Ella era capaz de hacerme sonreir aunque quisiese llorar, y de hacerme llorar de la risa, por ella sonreia una y mil veces, asta quedarme sin cara si hiciese falta. A veces me pregunto porqué las cosas suceden como suceden. Tan rápido, no te da tiempo a reaccionar. Siempre me quejo de la rutina, de cosas que son igual cada dia que pasa, y que no cambian. Pero lo que nunca digo es que hay cosas de esa rutina que son indispensables. Insustituibles, inigualables. Y en cuanto me quise dar cuenta, ya no estaba. Ya no podia verla cada domingo, aunque me hubiese pasado mis 18 años de vida a su lado, riendo con ella, abrazándola y mimándola. Ya no estaba ella para decirme que tubiese cuidado "bonita mia", cuando me iba a cualquier lado y fuese lo que fuese que tenia que hacer. Que vigilase que habia mucha niebla o que ya era de noche. Ella que me queria de verdad, sin tener que fingirlo, sin necesidad de preguntarselo. Cuando me di cuenta, no estaba ella para recibirme con una sonrisa enorme, reconociendome a metros de distancia incluso sin verme bien. No estaba para decirme que tenia ganas de curarse para volver a casa conmigo. Y no volvió. Me arrancaron 18 años de mi vida de golpe, sin darme tiempo a decirle adios, a decirle que la queria muchísimo y que fuese donde fuese, esperaba poder volver a encontrarla algun dia. No fue justo. No es justo. Y menos de esa forma. Y puede parecer egoista, y se que mueren cada dia miles de personas. Pero ella no, ella no se podia ir así. Ha dejado el vacio más grande que nadie nunca pudo dejar. Y el tiempo sigue volando y volando, como siempre, sin poder frenarlo. Te quiero donde quiera que estés.