domingo, 16 de agosto de 2009

Secretos...


Os voy a contar mi secreto. Evidentemente, a partir de ahora dejará de ser un secreto... en parte. Pero es un secreto de verdad y que estoy harta de esconderle al mundo. Nunca escribo con la sinceridad con la que escribiré hoy. Bueno, quizás sí, expreso mis sentimientos camuflados, pero lo hago de forma que solo creáis que lo hago por pasar el rato. Pero hoy he decidido que mis pensamientos se conviertan en este intento de monólogo interior. Es algo que me cuesta reconocer por mi querido y estimado amor propio, que quiere seguir siendo el único que exista en mí. Pero descubrí hace tiempo que quiero a alguien a parte de a mí misma. Alguien real. No sé si le quiero menos, igual o más que a mí, aunque creo que es la tercera opción, cosa que me duele de aceptar. En este caso, no es mi amor propio el que causa ese dolor, si no el querer que siento por esa otra persona. Sabía de las historias que me habian contado, de las expriencias de personas ajenas, que el amor no siempre iba bien, que aunque muchos lo pinten todo de color de rosa y perfecto, hay otras historias que no tienen un final feliz, incluso se de algunas que no tienen final, pero su existencia es difícil. No digo infeliz, porque si así fuese, supongo que las historias se acabarían, digo difíciles por las circumstancias en que se da. Bien, pues mi historia personal es de las difíciles.
Ni punto de comparación con las historias difíciles de las que os hablo, pero para mí ya es un buen obstáculo. En mi secreto, este que os estoy contando, participan dos personas, yo y alguien más, como ya os habréis podido imaginar. Bien, pues eso no es lo malo. Lo malo es que la otra persona que participa en el secreto, no sabe de él. Y yo no tengo el valor de decirle todo lo que siento. Que le quiero, que no me importaría que diría la gente porque lo único que me importa es él, que es perfecto, guapo, tierno y encantador. Que, a pesar de que él no lo crea, a mi me encanta como es. Que, sin darse cuenta, me trata mejor de lo que me merezco. Que desearía levantarme cada mañana y tenerle a mi lado. Que me muero porque el tiempo se pasa y no le tengo al lado. Que me gustaría ser suya, y que el fuese mío, y pertenecernos para siempre. Que me gustaria quererle de forma egoísta, que se diese cuenta de que todo aquello que le rodea y toda aquella genta que le aprecia son para mí un motivo de envidia. Que me duele pensar que seguramente nunca será mío, que otra se lo llevará, me lo robará, y con el se llevará mi corazón. Mi cordura no, porque hace mucho tiempo que la perdí en mis pensamientos inundados por su cara, su pelo, sus ojos, su voz... Que seguramente encontrará a otra que él querrá mucho, pero no encontrará a ninguna que le quiera tanto como yo. Ella tendrá la mente en el futuro con él, yo la tengo siempre en un presente que no acabará nunca, porque desde que él apareció no hay ni pasado ni futuro, solo eternidad. Que ella sonreirá cuando él la haga feliz, yo sonrío con su felicidad. Seguramente ella pensará en ti, pero esque yo no pienso, porque pensar significa tener la mente para cosas diferentes, pero yo no tengo mente, porque mi mente y mi corazon los tiene él, estan inundados de él, y mis pensamientos y mis sentimientos se ahogan en su existencia. Es imposible expresarlo, de todos modos. Pero aunque fuese posible de expresar, yo no le contaré nunca nada, no tengo el valor suficiente. Es difícil vivir con esta sencación dentro, pero más difícil sería perder lo poco que he conseguido con él frente a lo que me gustaría poder conseguir. Y bien, os preguntaréis porqué le debo tener tanto miedo a esa especie de declaración de amor, si de echo la estoy haciendo a la poca gente que esté leyendo esto en estos momentos. Es muy fácil. Lo que vosotros penseis, en realidad, no me importa mucho. Pero lo que él piense sí, porque como ya he dicho antes, es muy importante en mi vida. Que lo sepáis vosotros, no puede estropear nada entre él y yo, sin embargo, que él lo supiese puede cambiar muchas cosas. Cabe la posibilidad de que le gustase la idea y las cosas cambiasen para convertirse en un sueño echo realidad. Pero es demasiado remota, porque si ese fuese el caso, creo que ya estaría viviendo el sueño. Que no le cuente esto no quiere decir que no se lo demuestre, pero él también me ha demostrado que prefiere tener ojos y oídos cerrados ante mis intentos. Él fué quien me dió la esperanza, y él es quien me la está quitando a pasos agigantados, por lo tanto, lo más probable es que las posibilidades de que el cambio sea a peor en el caso de que yo decidiese dar el paso, sean del cien por cien. Y ya está, la parte que puedo revelaros de mi secreto se ha acabado, ya no esperéis más, de ahí no puedo pasar. No es nada magnífico, ni nada sorpendente o único, pero bueno. Así, ¿qué me queda?. Pues sonreir porque sea mi amigo, que remedio...

2 comentarios:

  1. *__________________* Ja et diré perque m'ha ahradat taaaaant el teu post...a part de perque és teu i com sempre m'agraden, és clar...ja en parlarem!xDDDDDDDDDDDDDDD

    (LLLLLLLLLL)


    Edurne

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