En realidad, no es tanto lo que pido. No es que me sienta vacía con lo que tengo, porque evidentemente, tengo gente maravillosa que me rodea, estoy haciendo lo que me gusta, y me siento orgullosa de ello. Pero igualmente, falta algo, y ese algo forma parte del puzle que es mi vida. Un puzle sin una pieza, no funciona, una cadena sin una pieza, no engancha... ¿Entendéis? No me siento vacía, pero sí una completa incompleta. La parte que me falta... ¿Como os lo puedo explicar? No pido alguien con quien casarme, alguien al que declararle amor eterno o alguien con el que tener hijos. No pido compromiso ni cadenas que me aten. Quiero crecer, quiero vivir, y eso no me convendría, ni lo elegiría. Solo pido un poco de cariño. Alguien al que llamar en mis horas colgadas. Alguien que me venga a recibir de vez en cuando a la salida de una clase y en el fin de un día agotador. Alguien con quien ir a tomar algo. Alguien que me robe un beso de vez en cuando... Alguien que me cuide, sé cuidarme sola, pero un poco de atención se agradecería. Alguien al que demostrarle mi cariño. Alguien con el que compartir los sábados noche, y por que no, alguna mañana a su lado, en la cama, juntos, regalándonos calor. Alguien al que arropar si tiene frío. Alguien con el que pasar buenos momentos, y ayudarle en los malos. Alguien con el que ir a ese baile de graduación que nunca tuve ni tendré. Alguien con el que ir a cenar, y hablar, y reír, y irnos después de fiesta, y olvidarnos de todo para relajarnos, tranquilizarnos, mimarnos... De vez en cuando, no le viene mal a nadie, incluso a mi. Es algo que echo de menos en mi día a día. Quizá la persona indicada exista, quizá no... Lo único que pido, en definitiva, es no tener la necesidad de llegar a casa con la canción en la cabeza: "Ésta tarde vi llover, vi gente correr, y no estabas tú..."
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