The best thing that could be happening

Hace días que tengo la sensación de que se me va a salir el corazón del pecho... ¿Sabéis porque? Porque le quiero, le quiero como nunca he querido a nadie. No sabía que pudiese ser capaz de sentir todo esto... Y sin embargo él me ha enseñado que puedo. Puedo y lo hago con ganas, y cada día que pasa quiero quererle más. Y me da igual lo que venga... Evidentemente, desearía que no acabase nunca porque me hace feliz. Pero todo valdría la pena sólo por lo que ya he aprendido y lo que he sentido.
Y así me tiene, pensando en él todo el día... Muchas son las veces que me quedo mirando al infinito sin darme cuenta de que el mundo me rodea... Sólo le veo a él. A nosotros. Lo mejor de todo es que puedo decir “nosotros”. Cuando lo pienso, me recorre un escalofrío por toda la espalda. Y desearía tenerlo entre mis brazos y poder demostrárselo. Con un beso. Con dos... Con infinitos besos, tiernos, dulces, largos, cortos, apasionados, cariñosos, ansiosos por saborearlo, sedientos, amorosos... Y callar todos los “te quieros” que tengo para él enlazando nuestras lenguas y sellando nuestras bocas con esos besos de los que hablo. Y quiero poder acariciarlo y recorrer su piel haciendo que se estremezca con todo lo que tengo por demostrarle, y no tendría nunca suficiente. Y tengo ganas de llevármelo de la mano a un mundo que los dos desconocemos, a descubrirnos entre parajes preciosos, aunque nunca más que él, nunca más que nosotros dos juntos, y así, cogidos de la mano y sin soltarle ni un solo momento, enamorarnos cada día más. De él, lo único que puedo decir es que siempre estaré queriendo más.

...Susurrando se me escapan, sin poderlo evitar, los “te quieros” para ti...